Todo movimiento produce sonido y vibración. Las células de nuestro cuerpo están en incesante movimiento, por lo tanto, vibrando continuamente.
El estrés, las preocupaciones, una alimentación desequilibrada, la falta de sueño, y en general cualquier situación que nos desagrade, hace que nuestras células bajen de frecuencia influyendo esto en el desarrollo de enfermedades y alteraciones físicas, emocionales, mentales.
El principio de resonancia dice que "Una Vibración armónica y equilibrada eleva a otra más débil y alterada", de esta forma es como actúan los Cuencos Tibetanos y de Cuarzo sobre nuestro cuerpo. Los Cuencos emiten sonidos y vibraciones que modifican nuestra actividad cerebral llevándonos a un estado similar al del sueño. En este estado de relajación el sistema inmunitario se refuerza y nos ayuda a recuperar la salud.
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